Rachel Oakes Preston
1809-1868
Un indicio del importante papel desempeñado por la Sra. Preston en los primeros años de la historia adventista puede obtenerse al examinar la inscripción en la lápida de su tumba: “Raquel Preston fue usada por Dios para traer la verdad del Sábado a la Iglesia Adventista en Washington, New Hampshire, la cual llegó a ser la primera iglesia adventista del séptimo día en Norteamérica.”
Raquel Preston era bautista del séptimo día cuando llegó a Washington. Su hija Raquel Delight Oakes, llegó a ser la esposa de Cyrus Farnsworth, quien con su hermano William fueron los primeros observadores del sábado entre los adventistas de Washington.
En 1837 Raquel Harris Oakes y su hija se unieron a la Iglesia Bautista del Séptimo Día en Vernon, Vermont. Evidentemente su esposo, Emory, murió allí aunque no hay registro alguno de ello. En 1843 Raquel Oakes y su hija, Delight, se mudaron a Washington, New Hampshire. Delight enseñaba en la escuela y su madre, que vivía con ella, llegó a ser un instrumento en las manos de Dios para traer la luz del Sábado a ese grupo de adventistas. Los adventistas, a su vez, compartieron con ella la bendecida esperanza del segundo advenimiento. En Washington conoció a Nathan T. Preston con quien se casó. Ellos vivieron allí y en Milford por muchos años, finalmente retornando a Vernon, Vermont, donde ella murió y fue sepultada.
Ver: Footprints of the Pioneers, pp. 29-39; Captains of the Host, pp. 107-109
Una Historia acerca de Rachel Oakes Preston
Volvamos a la pequeña iglesia en Washington, New Hampshire, la primera iglesia de adventistas observadores del sábado. Arthur Spalding les relatará una experiencia que condujo a un número de almas sinceras a comenzar a guardar el sábado.
“Se estaba celebrando el servicio de comunión en la Iglesia Cristiana de Washington, New Hampshire, cierto domingo en el invierno de 1844. El pastor que precedía la ceremonia era Frederick Wheeler, un pastor metodista y adventista de Hillsboro, cuyo recorrido incluía esta iglesia. Entre los participantes notó a una dama de edad mediana sentada en la banca de Daniel Farnsworth, la cual mantenía sus ojo fijos sobre él durante el servicio, y pareció casi ponerse de pie cuando él declaró: ‘Todos los que confiesan comunión con Cristo en un servicio como éste deberían estar listos a obedecer a Dios y guardar sus mandamientos en todas las cosas’. Él se preguntaba quién sería esta dama”.
‘Visitando a la familia más tarde, el ministro conoció a la Sra. Raquel Oakes, madre de la joven Raquel Delight Oakes, la maestra de la escuela. Tan directa en el habla como en la mirada, ella le dijo: ‘¿Recuerda usted pastor Wheeler, que usted dijo que todo el que confiesa a Cristo debería obedecer todos los mandamientos de Dios?’”
‘Sí.’
‘Estuve muy cerca de ponerme en pie en la reunión y decirle algo.’
‘Así lo pensé. ¿Qué tenía usted en mente decir?’
“‘Yo quería decirle a usted que sería mejor que retirase la mesa de la comunión y la cubriese con el mantel, hasta que usted comience a guardar los mandamientos de Dios’, le dijo Raquel Oakes”.
“El pastor Wheeler se sentó atónito. Él sintió, un tanto tibiamente, que estaba agradecido de que esta persona de acción directa hubiera tenido la gentileza cristiana de esperar hasta entrevistarlo en privado. ¿Que él no estaba guardando los mandamientos de Dios? ¿En qué estaba desobedeciendo? ¡Oh, sí! Él había oído de esta hermana bautista del séptimo día, quien había venido a vivir allí recientemente, y de sus decididos puntos de vista sobre la obligación de los cristianos de guardar el sábado en lugar del domingo. Era el cuarto mandamiento literal que ella ahora le estaba predicando”.
“Y fue un sermón efectivo. Frederick Wheeler se fue pensativo. Continuó pensando y estudiando, y no muchas semanas después, él guardó su primer sábado. Y predicó un sermón sobre ello ese mismo día”.– Captains of the Host, pp.107-108.
Y así es como los adventistas de Washington, New Hampshire oyeron por primera vez acerca del verdadero Sábado del Señor.
_______